Anoche todavía no me había recuperado del tremendo dolor de cabeza que me impidió levantarme y acudir al trabajo, y estaba yo cociendo unas verduras para comer algo, algo que mi
estómago dejase entrar, cuando recibí un SMS de mi hermano que rezaba: "Scot de urgencia a Barcelona por leishmaniosis". Vaya por Dios, qué disgusto. A Barcelona...para qué? Es una enfermedad incurable y aunque existe tratamiento, éste solamente ayuda a mantener, en algunos casos, la vida del animal por algún tiempo, mientras los síntomas permitan una calidad de vida aceptable.
Mandé mensaje diciendo que opinaba que la eutanasia humanitaria del perro era lo mas procedente, dado que los cuidados que exigiría dicho tratamiento eran continuos, costosos en dinero y en esfuerzos, complicados y al fin...inútiles.
Dado que ni siquiera fué capaz de bañarlo tres veces en semana cuando los veterinarios se lo aconsejaron, yo dudo mucho que Juan vaya a ser capaz de asumir lo que se le vendría encima en caso de empeñarse en salvar a Scott. El alma me llora al escribirlo, pero recuerdo la historia de "Sur" y lo mal que lo pasó su dueño, que vivió un calvario junto a su amigo hasta que lo tuvo que sacrificar.
Todavía no he hablado con Juan ni se quien le ha dado el diagnóstico. Porque solamente le veo los granitos como síntoma, pero ninguno de los demás: diarreas, vómitos, flojera en las patas...
martes, 18 de enero de 2011
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