La vil leishmaniosis ha atacado a Scott, uno de los perros que cuido cuando sus dueños se van de viaje. Pese a las analíticas y a las pruebas y a los cambios de pienso para descartar motivos, la dermatosis que presentaba pareció una alergia a los veterinarios, cuando no era tal sino el primero de los síntomas de la mortal enfermedad.
La triste noticia me llegó, como no, a través de mi hermano que tuvo la delicadeza de gastarse 1dh en un SMS que decía : "Scot de urgencia a Barcelona por leishmaniosis". Inmediatamente me acordé de Sur, de los sufrimientos que pasó su dueño, empeñado en una lucha contra la enfermedad a sabiendas de que lo que le faltaba era el valor para dormirlo, aunque ello representara su total soledad, pues vivían solos los dos. Con mi hermano no era cuestión de pamplinas y le respondí que aconsejaba la eutanasia del animal por humanidad. Me respondió que el veterinario de Barna no opinaba lo mismo. Aquel día me gritó diciendo que él había consultado en la red y que`podía haber cura. Me abrió la puerta trasera de su Land Rover, cerrando la ventanilla intermedia para no seguir escuchando lo que yo le decía y subió a Kat delante. En verdad pensé que ese sería su último desprecio porque no iba a tener mas ocasión. Comíamos en casa de los dueños de Scot y cuando llegué supe que ya estaba camino de Barna.
La familia, dentro de la pena, estaba muy animada, pues parece ser que el organismo del animal no estaba dañado y que podría curarse. >La mujer que se lo vendió le llegó a asegurar que ella había tenido muchos perros con leishmaniosis y que unos se habían curado y otros seguían tratamientos crónicos que los mantenían estupendos. Tan solo uno había fallecido.
A sabiendas de que son nulos tratándose de atender perros mas allá de lo que es darles una pastilla o llevarles al veterinario, les previne de la gravedad, y de la total dedicación que deberían tener con el perro si pensaban intentarlo. Ella insistía en que no, que solo sería cosa de llevarle al veterinario para ponerle inyecciones. Vamos, que todo muy cómodo, solamente cuestión de dinero. Les recordé que cuando el veterinario había aconsejado bañarle tres veces por semana, nadie lo hizo, porque en la terraza hacía frío y en las bañeras varias de casa, !cómo iban a meterle!. La idea de instalar una pequeña bañera en el garaje, donde hay ducha caliente, tampoco tuvo acogida porque no quedaba bien. Tuve que esperar a que se fueran de viaje para meterle en la de los niños, bañarle con su champú, secarle a secador (recuerdese que hablo de un Golden Retriever adulto y enorme) y hacer después limpieza total del cuarto de baño. Ni que decir tiene que la cara de asco que puso la niña al oirlo me la trajo al aire y además le recordé que jamás le sacó a pasear o salió a la terraza para estar con él.
Con todo ello pretendí mentalizarles de que deberían de tomárselo muy, pero que muy en serio y me despedí deseéndoles de corazón que todo saliera bien.
Eso fué anteayer, miércoles 19 de enero de 2011.
Ayer jueves, fuí al hospital a que me hicieran eco de hígado y riñón. Después esperé a Armando, mi neumólogo, que tiene consulta los jueves. Me recetó una nueva tanda de modernidades con las que espera me suban las defensas. Me mandó analíticas de sangre y orina. Salí de allí casi a las dos y ya no volví al trabajo.
Compré un lenguadito, como los que mamá me daba cuando cogía amigdalitis. Una vez en el dulce hogar, lo preparé frito con patatas y me acosté.
Sonó el teléfono, sacándome de pronto del descanso.Era mi hermano con un recado que el dueño de Scott le había dado para mí: Que nunca más fuese a su casa, nunca jamás. ?¿ Que cómo me había atrevido a ir a su casa a calentarle la cabeza a su mujer. Mi hermano no tenía ningún interés en escuchar mis razones. A él lo que le va es el notición y punto. En vez de oir lo que yo
tenía que decirle, repitió ya subiendo el tono: si, Belén, tu has ido a calentarle la cabeza a M.C.!,
y ahora el Scott se está muriendo, le ha fallado el riñón y J. está que trina. Va a denunciar al veterinario, a todos . ..Pero yo ya le había colgado el teléfono, quedándome ausente.
Sentí que la rabia, la impotencia ante la injusta acusación, la pena por la actitud de mi hermano, que no me defendió en absoluto, limitándose a decir que me daría el recado y sobre todo la pérdida de la pequeña esperanza que podía existir de recuperar al bichín, me sobrepasaron.
Algo se rompió en mi interior, un débil hilo de conexión con mi hermano. Pude casi oir una voz que exclamó: Fuera! Se acabaron las dosis de cal y las de arena. Se acabó pasar, perdonar, esperar...Me es totalmente nocivo su trato. Me es perjudicial y está afectando mi salud hasta unos niveles que me son de alto riesgo. Ya ni quiero ni puedo seguir. Es él o yo y por lo tanto, cierro la puerta. En cuanto a esta familia, de desagradecidos y de injustos está lleno el mundo.
Tengo mi conciencia tranquila, aunque mi ánimo esté triste. No se pueden forzar las cosas ni pedir a las personas que sean como no son.
Saben donde estoy. No tengo mas que decir. Ojalá que el Short no sufra demasiado cuando su amigo no esté, su querido compañero Scott. Ya soy toda agua. No puedo seguir.
viernes, 21 de enero de 2011
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