lunes, 24 de enero de 2011

Resultado : muy mal rollo

El lunes pasado, hace 8 dias, el 17 de enero, no pude acudir al trabajo. Una mezcla de males dispares me estaba atacando y no sabía muy bien de donde venían las flechas. Cansancio extremo, hasta para comer, dolor de cabeza sin concretar zona, rechazo del estómago a cualquier ingesta, con dolor en el primer tracto del esófago; gases, ardores, calambres, manos dormidas, miedo a padecer algo grave, mala cara reconocida por mis compañeras, agotamiento general...
Podría estar cursando una gripe, ya que no me vacuné este año, pensé. Tambien pensé que estaba comiendo poco, pues al estar sola me lo tengo yo que disponer y no he cogido aún la marcha de los horarios.
Pero el martes y el miércoles el cuerpo fué recibiendo señales que me dieron una pista segura sobre el origen de mis males: un olor, un sabor metálico, una diarrea...una porquería que me
empeciné en meterme y que me sentó malamente.
Tuve suerte de que Encarna tuviera que ir a Melilla por las mañanas para llevar a la niña al
colegio, y de que la dejen entrar sin guardar cola. Porque así, me voy con ellas y me dejan a la
puerta del trabajo, A la salida me recogen y me llevan a casa. De todas formas, el jueves ya
pude coger la moto, para moverme al hospi a la hora del desayuno. Hoy he vuelto a venir
con ellas porque el frío intenso se nos ha presentado. Me vendrán a buscar cuando haya recogido a Trini del Instituto. La verdad es que se me hace mucho mas cómodo así, por mas que la moto me encante. Eso sí, la ola de frío da cuartel para poner el blanco visón.
Bien. Empieza a ser hora de recoger. En diez minutos... una mañana más y un día de trabajo menos.
oger

No hay comentarios:

Publicar un comentario