viernes, 14 de enero de 2011

LOS DEMONIOS

Aunque estoy acostándome muy pronto y consiguiendo, hasta la fecha, que la perspectiva de trabajar me sirva de estimulante, aunque no me he cansado aún de hacer el viaje Zoco Had-Melilla con mi XT y disfruto del paisaje todo lo que permite el sol de la mañana dándome de frente, aunque me siento feliz de la oportunidad que se me ha dado y está en mi ánimo aprovecharla al máximo, he de confesar que los demonios han intentado atacarme desde hace un par de dias, fuertemente.
Hoy,por ejemplo, han madrugado mas que el móvil, que suena a las siete. Me he despertado con las anginas infladas y doloridas y una voz me susurraba al oído: no vayas a ir
al trabajo así! quédate en casa y el lunes estarás mejor...
En un arranque me levanté, fuí al WC, calenté un Colacao y me concedí unos minutos para cambiar, si podía, el cristal del prisma.
Si cedo, pensé, habrán conseguido convencerme y aunque ahora voviera a acostarme me levantaría mas tarde con la fea tarea de tener que llamar a mi jefe y contarle la consabida excusa. Hacer esto me pondría peor que si me sube la fiebre Sentaría precedente, me vería vulnerabe, habrían ganado la primera batalla. No, no sería así.
Y sin mas, me vestí, di de comer a los perros, que querían salir y se pusieron llorones, me despedí de ellos prometiéndoles un paseo a mi regreso, fuí a la casa de la familia, donde guardo la moto, la saqué mas o menos del tirón y cuando me senté en ella para arrancarla, comprobé los tiempos en el móvil. Tenía media hora parallegar a Ml., tomar un café y subir al despacho.
Como siempre, ya en marcha el motor me pareció que podía comerme el mundo.
Hoy les vencí

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