Amaneció nublado, como siempre, pero poco después el sol reinaba sobre el paisaje de praderas y arenales, pitas y cañaverales, bosque de pinos pequeños pero robustos y el mar inmenso.
Un silencio fuera de lo habitual pesaba en el aire. Se respiraba Ausencia , y tenía un olor triste,
un aroma de pena ácida que , si continuabas oliéndola haría brotar gruesas y amargas lágrimas
Fué entonces, al mirar los perros dormidos y pensar en los que ya no despertarian, cuando eché de menos al cachorro blanco de pelo largo. Le busqué por los alrededores, debajo de la caravana, di la vuelta a la cabaña,le pregunté a la perra: ¿dónde está el perrito, Puce?, pero no apareció. Era evidente que alguien se lo había llevado. A él, el más bonito. Otra vez Hassan?, el gardien de las casitas de la playa era mentiroso y ladrón declarado.Pero la duda no te permite acusarle ni te devuelve el perro. Ojalá que le traten bien, que mas quiero yo que darles un hogar...y les estoy dando la muerte al traerles a estas tierras, pues las conozco, pero no tengo muchas opciones para escoger, principalmente porque gano 25o euros al mes.
Tenemos que salir a tomar café. Volveré...
jueves, 8 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario