jueves, 29 de octubre de 2009

EL ASCO

Es inevitable que se me revuelvan las tripas cada vez que mi compañero de curso, Pascual el Traidor, abre la boca. Me sube desde el estómago una sensación de asco y de repelús y tengo que recordar que estoy aquí a lo mío y que puedo aislarme. ahoy he traído a Bilal, el niño de Suleimán, hasyta Farkhana. Dice que va a buscarse la vida limpiando pescao. Pero a los pòcos Km. me confiesa que está vendiendo coca para un tío, que le paga 7 euros al día, el hijo de puta. Bilal tiene 16 años y no es que sea retrasado pero sí no muy listo. Le pregunté si lo sabía su padre, porque a mi me había comentado su preocupación por que sus hijos anduvieran por la calle, razón por la cual se ha hecho la cabaña en la playa, para alejarles de camellos, yonkis y demás joyas que abundan en el pueblo. Me contestó que no, que no lo sabía. Me dejó con la cosa de decidir si se lo digo a Suleiman y cómo se lo digo. Creo que mi deber es intentar que eso no suceda y no veo otra manera que hablar con él, ya que no puedo ir al camello y decirle que vaya a aprovecharse de otro. Quedaré como una chivata para el muchacho, pero lo tendrá que entender, si no es ahora, con el tiempo. Lo único que he podido hacer es explicarle lo mejor que he sabido los peligros que corre. Que pueden agredirle para quitarle la droga cuando se les acabe el dinero, que tiene edad penal y si le pillan se va a comer unos años, que arrastrará a su padre con él si se mete en problemas...yo que sé. El escuchaba atento, con esa carita de ángel rubio que tiene y que es un chollo para los barandas del negocio. Otro asco, que haya gente que se sirva de la inocencia de los demás para ganar dinero, aparte ya del daño que produce su repulsiva mercancía.
Debí de informarme mal sobre la hora, ya que creía llegar con tiempo de sobra y resulta que eran las 16h20 cuando entré en el aula. De manera que no he comido y tengo hambre, tendré que ir en el recreo a por un bocadillo. Falta media hora.
No puedo con su voz, me supera. Tengo que salir. Me fumaré un canutito afuera, a ver si me vuelvo sorda.
Ya he vuelto. He dado una pequeña caminata por las callejuelas adyacentes. Encontré una tienda que me gustó, de todo tipo de cosas para la casa, y la recorrí entera curioseando y dando gracias por estar sin dinero, o me lo habría dejado allí, tantas cosas que me hacían falta como tenían, a buen precio. Levaba 3€ así que compré un cuchillo de cocina con mango de madera, bastoncillos de agodón y unos pendientes de perlita blanca, que dan luz a la cara. Entre eso y el tinte que me puse esta mañana, se ve que algo he mejorado en mi aspecto, porque Hafid, el profe, me encontró diferente, para bien. Me dijo que parecía una chica de dinero, a lo que yo respondí que tuve buena cuna y la clase no se pierde, te pille con dinero o sin él.
Yo, por supuesto, ya me había percatado de mi aspecto, que mejoró con las perlitas, gran arma de mujer, la perla, desde la antigüedad. Pero me gustó que alguien más se diera cuenta y si ese alguien era Hafid, que es diseñador grafico, mejor aún.
Es importante para mí en estos momentos tirar lo mas posible de esa clase. Porque dinero no tengo, pero soy europea y de buena familia, y muy inteligente, cualidades que habrán de paliar mi suma pobreza. El dueño de la casita donde vivo me está tratando muy bien, y es porque me ve en el día a día y ha comprendido que soy una mujer que vale. Me ha propuesto trabajar con él este verano y de hecho tengo su permiso para abrir cafetín ya mismo. Así que, si no sale bien, que no sea porque yo meta la pata. Yo, a partir de ahora mismo, me cambio de careta y guardo la de yonki y callejera en el arcón del pasado y me coloco la de señorita, centrándome en mi salud y cambiando totalmente las compañías, para que se olviden de mi las gentes que no me dan nada, ni siquiera buenos ratos, y abrir la puerta a otro tipo de personal, que tiene que haberlo, incluso en Melilla. Tambien espero que la XT me ponga en contacto con gente sana.
Bien, he pasado la tarde escribiendo. Dentro de poco ya me iré. Ahora es de noche cuando salimos y todo el viaje a la playa lo disfruto menos y corro mayor peligro.
Los perros sueltos suben a buscarme , si les llamo desde la carretera tocando el claxon. Hoy no han comido por la mañana, así que estarán hambrientos, como yo. Ayer, que también llegué con hambre pese a que comí estupendamente en casa de Karima, me sorprendió Taíb, el patrón, con una de sus ensaladas, de mejillones, muy rica. No se si hoy tendré tanta suerte! Bien, bye. Hasta mañana, InshAllah.

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